El 1 de Marzo de 2021 cambió la escala energética en electrodomésticos. Llegó el momento de decir adios a las A+ , A++ o A+++ y recibir a la escala de la A a la G.

¿Cuál es el motivo? El etiquetado original tenía 7 clases, de la A a la G, pero con la mejora de la tecnología, y la eficiencia energética de los electrodomésticos, hubo que introducir la A+, A++, etc. La unión europea considera que el resultado final ha generado desgana a la hora de interpretar y valorar la eficiencia energética y reclasificándola espera que el consumidor vuelva a valorar como se merece la importancia de comprar un producto más eficiente.

En las nuevas etiquetas se mostrará información adicional. En la esquina superior derecha se ubicará un código QR, donde los usuarios podrán acceder a información más detallada a través de la base de datos europea de productos para el etiquetado energético.

Como bien indican en la página web de EPREL, “Las etiquetas no son solo una guía para ahorrar energía y dinero; algunas también proporcionan información medioambiental, como el ruido emitido por el producto o su consumo típico de agua. Al elegir con mayor conocimiento de causa, los consumidores pueden contribuir a una economía más ecológica

¿Cómo de importante es entender el etiquetado de los electrodomésticos?

Al disponer de una mayor información en el etiquetado, podemos comprobar mejor las características de los productos y disponer de los datos necesarios para tomar la decisión que mejor se adapte a nuestras necesidades para terminar ahorrando en nuestra compra.

Aproximadamente un 60% del consumo eléctrico del hogar lo generan los electrodomésticos.

Lo más probable, es que contra mejor eficiencia energética tenga el producto, mayor sea su precio. Pero también debemos tener en cuenta, que estos productos consumen menos energía, y se verá reflejado en el recibo de la luz.

Frigorífico: Es el electrodoméstico que más consume dentro de nuestro hogar, con un porcentaje cercano al 25% (debemos tener en cuenta, que un frigorífico está conectado constantemente) es interesante hacer una inversión inicial en la compra algo más elevada para asegurar un producto con buen etiquetado energético.

Por otro lado, y aunque parezca obvio, debemos abrir las puertas lo menos posible, esto evitará que el electrodoméstico aumente de temperatura.

Nuestras recomendaciones para ahorrar en el recibo de la luz

Lavadoras y lavavajillas

Usarlos solo cuando estén llenos y al ser posible en fin de semana, que tienen el horario más asequible durante todo el día.

El mayor gasto de energía, viene producido por el calentamiento del agua. Es por eso que si quieres reducir el costo mensual en la factura, puedes lavar a menor temperatura.

Seleccionar programas de lavado ECO puede reducir el costo de cada lavado cerca de un 40%.

Además, limpiar los filtros y mantener el aparato en buen estado es fundamental.

Horno

Apagar el horno minutos antes de finalizar el horneado, de este modo se aprovecha el calor que queda dentro del aparato, todo esto sin abrir la puerta.

Campana

Si encendemos la campana antes de poner la sartén a calentar, conseguiremos generar un circuito de aire para que todos los vapores terminen en nuestra campana. Por el contrario, si la encendemos cuando ya está saliendo una gran cantidad de humo desde la zona de cocción, nos veremos obligados a poner la campana a máxima potencia, lo cual aumenta el consumo energético cerca del 50%.

Conexión a internet

Comprar productos que se puedan usar desde alguna aplicación como la que tiene Neff, Siemens, Bosch o Balay con Home Connect. ¿El motivo? Podemos poner los productos en funcionamiento a la hora que queramos desde el móvil, el estar trabajando ya no será un problema para usar nuestros electrodomésticos en la hora con picos más bajos en el coste de la electricidad.

Además, la tecnología avanza muy rápido y seguro que en un futuro, las marcas nos darán nuevas soluciones que poder aplicar desde nuestro móvil.